sábado, 18 de septiembre de 2010

Grandes estafas

Anoche salimos a dar un vuelta un matrimonio amigo y nosotros. Nos sentamos en la Plaza de la Victoria y luego fuimos a comer en plan de tapas a una tasca que está en la calle Pi y Margall. No sé si ha cambiado de dueño, de cocinero o lo que sea, pero la verdad es que antes teníamos que reservar mesa y ayer estaba vacío. Nuestro comentario fue que con la crisis la gente ya no sale como antes.
Pedimos un plato de morcilla frita (una morcilla), caracoles en salsa, pulpo a la gallega, vueltas de solomillo con ajo y perejil acompañado de papas fritas.
Los caracoles estaban salados, poco picantes.
El pulpo a la gallega estaba duro.
Las vueltas estaban buenas pero las papas fritas eran digna de la cocina de Arguiñano.
Agua, dos vasos de vino y dos cubatas de ron Arehucas, total 60 €. Bueno, como todos tenemos derecho a protestar, se le explicó al camarero como estaba todo. La contestación fue que lo sentía mucho pero la verdad es que cobró igualmente. Como no es cuestión de cogerse un cabreo a esta altura de la vida, yo le digo al dueño “Au Revoir” y que tenga suerte en la vida. No me veras más en el local ni aunque me inviten.


1 comentario:

  1. La verdad es que la pinta de las papas fritas deja mucho que desear. Muchos se escudan en "la crisis" para tomar el pelo al cliente que se decide a salir y pasar una noche agradable.

    Pero que encima cobren esos precios y que sólo pidan disculpas... Qué poca vergüenza!

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