lunes, 14 de junio de 2010

Pequeñas curiosidades

Desde el punto de vista biológico, es preferible no podar las palmeras pues las hojas secas le procuran una mejor protección contra los fríos, los vientos, la sal… En las ciudades, por supuesto, se deben coger las hojas secas y podar las que estén en peligro de caer. Las palmas secas y las fructificaciones participan además en el crecimiento de la biodiversidad del sitio.
Cuando se va por el campo, se encuentran palmerales preciosos, donde por suerte no aparecen los jardineros. Lo que no hay derecho es que en medio de una zona ajardinada descubramos los escombros que las compañías eléctricas, de agua o de lo que sea, no retiran de sus trabajos.

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